En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, la realidad virtual está demostrando ser una aliada invaluable en campos que van más allá del entretenimiento. Uno de los ejemplos más inspiradores se encuentra en el Hospital Universitario Son Llàtzer, en Palma, donde se ha implementado un innovador servicio de realidad virtual para pacientes oncológicos. Este proyecto, fruto de la colaboración entre la Conselleria de Salud del Govern Balear y la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), busca transformar la experiencia hospitalaria en algo más humano y menos estresante.
La Realidad Virtual como Herramienta de Bienestar Emocional
El tratamiento del cáncer es una de las experiencias más duras que una persona puede enfrentar. La quimioterapia, por ejemplo, no solo tiene efectos físicos debilitantes, sino que también genera un impacto emocional profundo. Para mitigar este sufrimiento, el Hospital Son Llàtzer ha introducido gafas de realidad virtual que ofrecen a los pacientes una experiencia inmersiva de 30 minutos. Estos periodos de escape virtual permiten a los pacientes sumergirse en entornos relajantes, como paisajes naturales, museos o conciertos, lo que les ayuda a distraerse del tratamiento y reducir su percepción del dolor y la ansiedad.
Los resultados hasta ahora han sido más que alentadores. Según datos compartidos por la Conselleria de Salud y la AECC, la percepción del dolor durante el tratamiento se ha reducido en un 84%, mientras que el nivel de ansiedad antes de comenzar ha disminuido en un 26%. Además, el 88% de los pacientes afirman que el tiempo pasa más rápido cuando usan las gafas. Estas cifras no solo confirman la eficacia de la realidad virtual en este contexto, sino que también refuerzan la importancia de integrar la tecnología en los procesos de atención médica.
El Papel del Voluntariado en la Implementación de la Tecnología
Uno de los aspectos más destacados de esta iniciativa es el papel fundamental que juega el voluntariado. Los voluntarios de la AECC han sido especialmente formados para manejar las gafas de realidad virtual y acompañar a los pacientes durante las sesiones. José Reyes, presidente de la AECC en Baleares, ha resaltado la importancia de su labor: «Están presentes en todos los hospitales brindando apoyo emocional y contribuyendo a una experiencia hospitalaria mucho más cálida y humana. Sin su entrega y dedicación, todo esto no sería posible».
Canda Health Solutions: Tecnología con Propósito
La empresa responsable de la implementación tecnológica de este proyecto es Canda Health Solutions. Pedro Novás, director general de la compañía, ha explicado que su compromiso con el bienestar emocional de los pacientes es tan importante como las aplicaciones clínicas de la tecnología. «Desde el primer momento en que conocimos este proyecto de realidad virtual, tuvimos claro que merecía todo nuestro respaldo», afirmó. Novás también destacó la importancia de construir puentes entre el mundo sanitario tradicional y las nuevas tecnologías, algo que está en el corazón de esta iniciativa.
Un Modelo de Colaboración Interinstitucional
Este proyecto no sería posible sin la colaboración entre diferentes instituciones. La Conselleria de Salud, la AECC y Canda Health Solutions han trabajado codo a codo para hacer realidad este sueño. Durante la presentación del servicio, la consellera de Salud, Manuela García, visitó el Hospital de Día de Son Llàtzer para comprobar los efectos de la iniciativa. «Queremos que todos los hospitales públicos de Baleares cuenten con este servicio cuanto antes», aseguró García, señalando que la evidencia demuestra un impacto profundamente positivo en los pacientes.
El Futuro de la Medicina: Un Enfoque Centrado en la Persona
La implementación de la realidad virtual en el Hospital Son Llàtzer es solo el comienzo de una transformación más amplia en la medicina. Gabriel Rojo, subdirector de Humanización del IBSalut, ha destacado que este proyecto no solo busca hacer más acogedores los espacios físicos del hospital, sino también ofrecer herramientas emocionales y mentales que fomenten el alivio del sufrimiento. «No sólo tratamos una enfermedad, tratamos personas. Y cuando demos ese salto, la calidad de nuestros servicios se multiplicará exponencialmente», afirmó.
En un mundo donde la tecnología a menudo se asocia con la frialdad y la impersonalidad, este proyecto demuestra que también puede ser un vehículo de compasión y humanidad. La realidad virtual no solo está cambiando la forma en que vivimos, sino también la forma en que sanamos. Para los pacientes oncológicos del Hospital Son Llàtzer, estas gafas no son solo un dispositivo tecnológico, sino una ventana a un mundo donde el dolor es menos intenso y el tiempo pasa más rápido. Y en ese pequeño visor, se esconde una gran diferencia: la esperanza.
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