Cuando la fantasía deja de ser un juego y se vuelve física pura
Llevo dos décadas analizando tecnología y, sinceramente, el género del RPG en realidad virtual llevaba años estancado en una promesa incumplida: la falta de peso. Muchos títulos nos hacían sentir que agitábamos plumas en lugar de espadas. Pero entonces llegó Dungeons of Eternity a Steam y todo cambió. Si has leído nuestro titular, sabes que calificamos este juego como brutal, y no es una hipérbole de marketing. Es la única palabra que describe la sensación de bloquear un hachazo con tu escudo, sintiendo el impacto vibrar en tus huesos digitales.
Este no es el típico paseo por una mazmorra poligonal. Desarrollado por Othergate, Dungeons of Eternity ha aterrizado en Steam con un 90% de valoraciones positivas. Su propuesta mezcla la adicción del loot infinito con un combate basado en físicas reales que te dejará sudando. ¿Es realmente el mesías de los Action RPG en VR? Ponte el visor, porque vamos a bajar a las profundidades.
El Combate: Adiós al ‘Waggle’, hola a la visceralidad
Hablemos claro: en muchos juegos VR, el combate cuerpo a cuerpo se rompe cuando te das cuenta de que agitar la muñeca muy rápido causa más daño que un golpe certero. Afortunadamente, Dungeons of Eternity soluciona esto de raíz. El sistema de colisiones y físicas es, sencillamente, exquisito. Las armas tienen peso virtual; un martillo de guerra a dos manos requiere gestos amplios y deliberados, mientras que las dagas permiten una agilidad letal.
Por ello, la satisfacción que produce este sistema es adictiva. No estás simplemente pulsando botones; estás calculando la trayectoria para decapitar a un esqueleto o tensando el arco con tus propios brazos hasta que el músculo quema. Es esa inmersión táctil lo que separa a este título del resto. Y aquí viene lo mejor…
El arsenal es gigantesco y cambia tu forma de jugar. Desde bastones mágicos que te hacen sentir como un archimago canalizando energía elemental, hasta hachas arrojadizas que (si tienes buena puntería) vuelven a tu mano. Además, la variedad evita que el combate se sienta repetitivo, un logro técnico impresionante que ha sido reconocido por medios como UploadVR.
Mazmorras Infinitas en Dungeons of Eternity: El fin del aburrimiento
El mayor miedo en un juego de este estilo es aprenderse los mapas de memoria. Sin embargo, Dungeons of Eternity elimina este problema con un sistema de generación procedimental robusto. Cada incursión es una moneda al aire. Un día te enfrentas a una serie de trampas mortales que requieren agilidad física real (sí, te tocará agacharte en tu salón), y al siguiente, estás en una arena de combate frenética rodeado de no-muertos.
Esta aleatoriedad mantiene la experiencia fresca, algo vital si buscas un juego para largo plazo. Si quieres saber más sobre otros títulos que ofrecen experiencias inmersivas de alta calidad, no dejes de visitar nuestra colección de juegos de Realidad Virtual, donde analizamos lo mejor del mercado actual.

Caos Cooperativo en Dungeons of Eternity: La verdadera magia
Aunque puedes jugar solo (y es un desafío de terror y supervivencia fantástico), este título brilla con luz propia en su modo cooperativo para hasta 4 jugadores. Aquí es donde Dungeons of Eternity pasa de ser un buen RPG a una experiencia social imprescindible. La sinergia entre clases no es forzada, sino orgánica. Mientras tú sostienes la línea del frente con un escudo gigante, tu amigo puede estar lanzando bolas de fuego desde atrás. Al mismo tiempo, un tercero podría intentar descifrar un puzzle para abrir una puerta secreta.
La comunicación por voz es nítida y esencial. Los momentos de pánico cuando una horda os rodea y todos gritan instrucciones contradictorias son, irónicamente, lo más divertido del juego. Además, el sistema de «drop-in» funciona de maravilla, permitiendo sesiones rápidas sin complicaciones técnicas, algo que explicamos a fondo en nuestra guía completa sobre VR.
Loot, ‘Fashion VR’ y Progresión
¿De qué sirve matar monstruos si no te ves genial haciéndolo? El sistema de progresión de Dungeons of Eternity apela a nuestro instinto recolector más básico. Las armas no solo cambian en estadísticas, sino que tienen diseños visuales únicos y efectos mágicos que se sienten poderosos. De hecho, conseguir un arma legendaria se siente realmente como un logro.
La personalización es profunda. No hablamos solo de cambiar el color de la armadura, sino de una identidad completa: desde ser un guerrero esquelético hasta un mago con túnicas ceremoniales. Los desarrolladores han prometido (y cumplido) que no hay elementos «pay-to-win». Por lo tanto, todo el contenido descargable es cosmético, respetando la habilidad del jugador por encima de su cartera.

Apartado Técnico: Optimización que sorprende
En el aspecto visual, el juego apuesta por una estética «Dark Fantasy» muy cuidada. La iluminación dinámica de las antorchas y los hechizos crea una atmósfera opresiva y mágica a la vez. Pero lo más sorprendente es su optimización. A diferencia de otros títulos VR mal portados, Dungeons of Eternity funciona fluido incluso en tarjetas gráficas de gama media, lo que democratiza el acceso a esta joya.
El diseño sonoro merece una mención aparte. De hecho, escuchar el crujido de una trampa activándose detrás de ti o el gruñido gutural de un enemigo en la oscuridad utiliza el audio espacial de forma magistral para mantenerte en tensión constante.
Veredicto: ¿Merece la pena Dungeons of Eternity?
Rotundamente sí. Dungeons of Eternity no es solo un juego más en el catálogo de Steam; es la demostración de lo que la Realidad Virtual puede ofrecer cuando se prioriza la jugabilidad física y la diversión cooperativa. Si tienes un visor VR, este título justifica su compra por sí solo.
Es brutal, es inesperadamente profundo y, sobre todo, es increíblemente divertido. Puedes adquirirlo directamente y ver más detalles en su ficha oficial de Steam.